Una de las consecuencias más negativas de este nuevo estilo de
vida más sedentario, ha sido el incremento exponencial de la incidencia
de obesidad, la enfermedad coronaria, diabetes, hipertensión arterial,
artrosis, las depresiones y ciertos tipos de tumores.
Según estudios científicos, si se mantiene esta tendencia creciente
de sedentarismo y obesidad como lo ha hecho a lo largo de las últimas
décadas, las consecuencias pueden repercutir incluso en la expectativa
de vida de las próximas generaciones a partir de la mitad de este siglo
XXI.

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